Fue un beso que causó sorpresa. Algunos se detuvieron al paso para acercarse y conocer de qué se trataba. Y otros, simplemente, lo criticaron. La voz grave de algunos activistas subió de tono gracias a un megáfono, que les sirvió para explicar el por qué de la convocatoria. “No a la homofobia”, fue el grito que resonó la mañana de este miércoles 17 de mayo del 2017 en la Plaza San Francisco, en el centro de Guayaquil. Este es el Día Internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia.
En el mundo se lo recuerda desde 1990, el año cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. En Guayaquil, integrantes de la Federación Nacional de Organizaciones de GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales) se reunieron junto a la avenida 9 de Octubre, donde varias parejas compartieron un beso apasionado.
Ese fue el símbolo que utilizaron para explicar que la discriminación todavía no se desvanece y que aún no todo brilla como los colores de la bandera que los representa. “Conseguir trabajo es muy difícil para los gays y es mucho peor para una persona trans. Tenemos que cambiar la mentalidad de la sociedad. No somos diferentes y tenemos los mismos derechos”, contó Javier Vallejo, parte de la federación de Milagro.
La primera investigación sobre las condiciones de vida de la población Glbti en Ecuador, del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), da pistas del acceso al trabajo. De los 2 805 participantes en el estudio, el 49,5% trabaja en el área de servicios o como comerciantes.
Javier es comunicador social y asegura que lograrlo no ha sido fácil. Pero también reconoce algunos avances en derechos, como la unión de hecho entre parejas del mismo sexo. Él y Xavier Sánchez fueron una de las primeras parejas en acceder a este beneficio. Ambos sellaron su relación ante el Registro Civil, el 15 de septiembre del 2014. Este miércoles, Javier intentó explicar el porqué del beso público.
La conversión a ratos subía de tono con dos señoras que recriminaban que la manifestación se diera en los exteriores de la iglesia San Francisco, en medio de los cánticos de la misa del mediodía. Xavier Espinosa y Adam Mileusnic llegaron desde Cuenca y se unieron al plantón. Ellos elevaron una bandera multicolor en el aire mientras demostraban su amor. “Hace dos días una vecina llegó a nuestra casa y nos amenazó, nos insultó. Tuvimos que poner una denuncia ante la Policía.
No queremos tener problemas, pero debemos poner un alto porque de lo contrario nada va a cambiar”, relató Adam. En el 2015, el informe Acceso a la Justicia y Derechos Humanos Glbti recopiló 47 denuncias vinculadas a miembros de la comunidad. Ocho fueron por muertes, siete por intentos de asesinatos y amenazas de muerte, 16 por discriminación, diez por intimidación y violencia, y seis por estafa, violación y secuestro.
El análisis también abarcó la vulneración de derechos y reportó seis quejas por falta de acceso laboral, tres por falta de acceso a la educación y 11 de tipo civil. La activista transexual Diane Rodríguez, recientemente posesionada como asambleísta alterna, dirigió el encuentro contra la homofobia en Guayaquil. Explicó que desde su nueva función planteará medidas para reforzar el acceso a la educación y al trabajo.
“Hemos hablado con el Ministerio del Trabajo para que, cuando se presente una querella legal, la carga probatoria no caiga en la persona Glbti sino más bien en el patrono. Mucha gente Glbti no quiere presentar denuncias porque tiene que probar que realmente fue discriminada”, comentó. Otras organizaciones también realizaron encuentros para recordar los 27 años de lucha contra la homofobia.
En el Consejo de Participación Ciudadana, la activista transfemenina Mabel García, adelantó parte de las actividades que planifican para el 28 de junio, cuando celebrarán el Día del Orgullo Gay. La comunidad alista un festival artístico, que será en el Malecón 2000. Hasta el 25 de noviembre de 1997 la homosexualidad estaba tipificada como delito en Ecuador.
El art. 516, inciso primero del Código Penal de esa época la criminalizaba, planteando de cuatro a ocho años de reclusión. Los cambios surgieron en ese año, tras una redada policial en Abanicos, un bar gay de Cuenca, en el año 1997. Allí, varios integrantes de la comunidad fueron arrestados y denunciaron agresiones. Su protesta logró que finalmente se despenalizara la homosexualidad.
Fuente: https://www.elcomercio.com/tendencias/beso-homofobia-guayaquil-planton-discriminacion.html